Milagro quieto
- Sasha Alberto Klainer Berkowitz
- 2 ago
- 1 Min. de lectura
por Sasha Klainer
Cuando el viento se pliega bajo el ala,
y la rama no sabe si es canción
o ruina que en silencio se resbala,
la vida teje luz con su aguijón.
Hay flor que se sostiene en la tormenta,
y estrellas que se encienden sin razón,
un nido que en el vértigo se intenta
y danza sobre el borde del temor.
No todo lo que cae se quiebra en tierra,
ni todo lo que arde es destrucción.
También el fuego alumbra, y la ceguera
despierta en su penumbra revelación.
La vida es ese hilo que no cesa,
aun si el telar cruje o el hilo va
por bordes invisibles de certeza:
milagro que persiste en respirar.
________________________________________
Epílogo
No hay día tan gris que no albergue una chispa,
ni fractura tan honda que no contenga una forma nueva de belleza.
Aun en medio del caos, la vida no retrocede: se transforma.
Porque lo sagrado no es la calma,
sino la capacidad de florecer en el filo de lo incierto.
Ese es el milagro.
No el que ocurre de repente, sino el que nunca ha dejado de ocurrir.

















Comentarios