Bitácora desde el tráfico #4- Desde el embotellamiento (o desde la lucidez)
- Sasha Alberto Klainer Berkowitz
- 26 may
- 1 Min. de lectura
Hoy no avanzamos. O al menos no con el coche.
Pero mientras los minutos se derriten entre cláxones y miradas cansadas, algo se mueve por dentro.
Uno pensaría que el tráfico solo congestiona avenidas, pero a veces también destapa pensamientos.
En medio del humo y la impaciencia, me pregunté cuántas veces nos convertimos nosotros mismos en el embotellamiento: acumulando pendientes, emociones no resueltas, palabras no dichas.
Atascándonos en lo que no soltamos. Y entonces, como en la vida, la vía alterna no siempre es visible, pero el silencio —ese que incomoda al inicio— abre paso.
No siempre hay que moverse para avanzar. A veces basta con sentir el tiempo. Pensarlo. O simplemente habitarlo.
Porque no hay tráfico más denso que el de una conciencia anestesiada por la prisa.

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